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  • Yolanda Narro

INFELICES. JAVIER PEÑA


Buenos días en estas fechas del sin sentido, en las que es harto complicado que te dejen ser feliz.

Hoy os voy ha hablar de "Infelices" y voy a compartir con vosotros una parte de ese libro y una parte de mí misma. Dicen que cuando uno escribe es inevitable desnudar en parte su alma y es tan cierto que, sin querer, lo haces. Tus dedos y tu cabeza te lo piden. La escritura es una forma de expresión, una cura de tus sufrimientos y, en ocasiones, la expresión de tu felicidad.

Este libro no es precisamente, y ya lo dice en el título, algo que pensemos que nos puede animar en ninguna circunstancia, pero a mí me gusta darle la vuelta a todo y creo que nos puede hacer aprender a buscar esa felicidad que no encontraron los protagonistas de esta novela. Aprender de los errores ajenos en vez de repetirlos, curar tu alma perdida, superar un poco más ciertos dolores que te atormentan. De eso se trata parte de la vida, ¿no?.

Creo que va a ser la reseña que más me va a costar escribir. Quien lea el libro y me conozca, entenderá el porqué. He pensado no escribirla en muchos momentos . Le he dado muchas vueltas en silencio, sin comentarlo con nadie y he tomado la decisión de enfrentarme a ella, afrontar el desafío.

Cuando alguien es infeliz, por la circunstancia que sea, le animo a que lo suelte, lo cuente, a que luche solo o acompañado por cambiar esa infelicidad. Que no se encierre en sí mismo, que no se conforme o se auto engañe con el pensamiento de no poder ser otra cosa. Que busque herramientas, que lo grite, que no sienta vergüenza, que se apoye en la gente que le quiere.

Ojalá tú me hubieses contado o transmitido tu infelicidad y te hubiera podido ayudar.

Siempre en mi corazón, hermano.


JAVIER PEÑA nació en A Coruña en 1979, aunque desde hace más de veinte años vive en Santiago de Compostela, donde se mudó para estudiar periodismo. Licenciado en Ciencias de la Información por la USC en 2001, ejerció la profesión durante nueve años en la, ahora ya extinta, delegación del Diario As en Galicia. Su primera novela se llama Infelices, trata sobre el fracaso y la tiranía de las expectativas, la cual le ayudó a enfrentarse a sus propias frustraciones.


Moritz, Rudolph y Hans, tres universitarios que estudian para narrar el mundo en los periócicos, para escribir novelas y ganar premios. Estudian en la facultad De Santiago y sueñan con un futuro de éxito y brillantez. Pero la vida los va poniendo en su sitio y sus expectativas languidecen pronto cuando sólo pueden acceder a trabajos mediocres o a escribir discursos para instituciones. En definitiva a vivir encerrados en la rutina, el fracaso y el sinsentido vital. Es el argumento de Infelices.

La frase que resume la esencia de este libro." Las personas felices se parecen. Los infelices lo son cada uno a su manera".

Un asesor político ve en su progresiva decadencia física la prueba tangible de su fracaso moral.

Una madre incapaz de comprender a su hija acumula fracasos sentimentales por miedo a enamorarse de verdad.

Un escritor obsesivo ha dedicado tanto tiempo a contar la vida de los demás que ha olvidado vivir la suya.

Una optimista insobornable insiste en buscarle el lado bueno a la quimioterapia, de concierto en concierto.

Un periodista de éxito quema sus últimos cartuchos de galán mientras se pregunta si perdió al amor de su vida.

Se conocieron en la universidad, cuando aún hacían grandes planes. La vida los separó y desde entonces todo ha ido de mal en peor. Puede que solo reunirse después de tantos años salve a estos infelices de serlo para siempre.


Me ha hecho mucha gracia una frase del escritor que he leído en un artículo, pero a la vez ha sido como un vaso de agua fría o un golpe de realidad de lo que nos rodea actualmente: " Nos han obligado a creer que ser afortunado es tener dinero para patatas fritas". Ahí os dejo la bomba ...


Es un libro, que como dice el autor, no es para todos los públicos. Tiene su parte de autobiografía y un humor ácido que a mí me encanta. Yo he disfrutado de sus frases, que os dejo que encontréis vosotros mismos y de esa forma de escribir totalmente diferente. Me encanta encontrar escritores que te saquen un poco de lo rutinario, anodino y trivial.


Con este libro me ha pasado algo sorprendente. Cuando compré "Agnes" me dije : "Tengo que leer infelices porque así leo todo del Autor". Y me puse manos a la obra. Según iba pasando las páginas, iba viendo que estaban subrayadas, pero no me acordaba de la historia. Pensé que lo habría leído hasta la mitad y por eso no me acordaba. Pero no. El libro estaba todo subrayado y no recordaba ningún fragmento. Me resultó muy perturbador. Cuando llegué al final lo entendí todo: La mente es astuta y anula todo aquello que te pueda hacer daño como estrategia de autoprotección.

Os dejo disfrutar de esta historia a ratos triste y en ocasiones estridente, sobre la realidad de muchas personas, que no os dejará indiferentes.


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